El pasado 7 de diciembre fuiste una de las oradoras de nuestro Seminario de Asignaciones Internacionales. ¿Qué conclusiones sacaste de esa experiencia?¿Cuál es tu visión sobre el futuro de esta modalidad de trabajo?

 La nueva modalidad de trabajo transnacional remoto o lo que nosotros llamamos “working from anywhere”, es un concepto que está en proceso de construcción. Creo que no está del todo claro cómo evolucionará; actualmente los países de América Latina cuentan con una normativa rígida, basada en el principio de territorialidad. Incluso los convenios -en particular los de Seguridad Social- para evitar la doble imposición, se anclan a este concepto, pero todo eso es desafiado por la realidad.

Las compañías y las personas consideran que más allá de la pandemia es posible trabajar desde cualquier lugar y que este concepto es acompañado por las legislaciones locales, entienden que los cambios legales son más simples de lo que son en realidad. Las empresas que participaron en el Seminario brindado por Forum y en el mundo empresarial tienen obligaciones de cumplimiento frente a los distintos Organismos, es por ello que se hace necesario analizar las implicancias que tiene el concepto “working from anywhere”. Algunas compañías ya habían implementado el teletrabajo, y lo que quizás introdujo la pandemia fue la universalidad del concepto de trabajar desde otro país, pero debemos decir que hoy la normas no acompañan esta tendencia con tanta claridad.

Entonces -la pregunta es- ¿cómo hacemos en una región como la nuestra con legislaciones rígidas, para adaptarnos a esta modalidad flexible? Hay mucho para trabajar por delante, pero hasta que ocurra, quienes están a cargo de estos temas deben saber que hay muchas aristas para contemplar y manejar antes de tomar decisiones. Creemos que esta modalidad es el futuro y que todos nos tenemos que acompañar. No obstante, es importante saber que al iniciar este camino hay muchas piezas que mover para encajar en este gran rompecabeza, ya sea normativas como interpretaciones que acompañen el proceso para que todo funcione.  

¿Cómo creés que evolucionará el “working from anywhere” en los próximos cinco años?¿Será la norma?

 Desde el punto de vista impositivo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio algunas opiniones generales durante la pandemia sobre la gente que se quedó en otros países y no podía regresar, sea a su país de origen o donde prestaban servicios, si eran expatriados. Indicó que nadie debía adquirir residencia o perderla por el solo hecho de estar impedido de poder trasladarse. Si bien la OCDE no dictamina y es solo un Organismo de consulta -del que Argentina no es parte- ese comentario puso en evidencia que la situación de emergencia pudo haber alterado algunos principios generales en materia de impuestos. Desde mi perspectiva, ese “cuestionamiento” o “revisión” de los principios tradicionales será el desafío del nuevo mundo, ya que aún si se logra flexibilizar la legislación local para hacer efectivo el concepto “working from anywhere” en muchos aspectos se va a necesitar reciprocidad entre los países involucrados. Es un concepto que da vueltas aunque todavía no existe nada concreto. De hecho, tampoco está claro si se salió de la pandemia. Hay muchas indefiniciones respecto de la nueva modalidad de trabajo en general, no solo del trabajo transnacional. Ese es el camino que estamos iniciamos.

¿Cómo afectará esta nueva modalidad de trabajo a las formas de pago y retribución, tanto para los colaboradores locales como internacionales?

Depende de las legislaciones locales. Actualmente en Argentina hay algunas normas específicas en materia cambiaria que hay que analizar. Es decir, hay que ver cuál es la situación desde ese punto de vista, pero no hay una respuesta única para este concepto, sería parte de todos los aspectos del país para analizar a futuro.

En base a tu experiencia como profesora en distintas universidades del país, ¿qué consejo te parece indispensable para tus alumnos?

Como profesional, lo más importante es adquirir una buena formación, ampliar la capacidad analítica y desafiar constantemente las situaciones que se presentan. En este marco, no puedo dejar de mencionar la importancia de ser flexible. La flexibilidad es un punto necesario para poder adecuarse a los desafíos de la nueva era o del nuevo mundo y también a las inquietudes que presentan las generaciones más jóvenes.

El trabajo en equipo es esencial, todos aportamos algo diferente. Saber captar lo que el otro puede lograr es importante. Cosas que a uno no se le ocurren, puede que se le ocurra a alguien del equipo de trabajo y está bueno capitalizarlo. Por ejemplo, en KPMG tenemos como lema que los temas técnicos se dan por sobreentendidos, ya que somos todos profesionales formados y con esta capacidad analítica a la que hice referencia, por eso instamos a desarrollar la flexibilidad y a incorporar nuevos desafíos. Los tiempos nos dan la posibilidad de evolucionar y está en cada uno tomar ese desafío del cambio constante.. Además, tener nuevos retos hace el trabajo mucho más dinámico y divertido.

Si tuvieras que comenzar tu carrera de cero, ¿a qué te dedicarías?

 Soy abogada, pero no de forma convencional: no litigo en forma permanente ni hice las tareas de procuración: mis servicios se basan en el asesoramiento y en el desarrollo de soluciones para los departamentos de RRHH de las compañias. Si bien mi idea era dedicarme al Derecho Administrativo, tuve una gran oportunidad de crecimiento en la especialidad que lidero actualmente en KPMG carrera me resulta muy atractiva, sobre todo por cómo se desarrolló. Más allá del estrés que implica el movimiento constante y los nuevos desafíos no elegiría otra carrera. Creo que cada uno construye su camino y me encuentro feliz yo estoy contenta con el resultado en el espacio en el que estoy y trataré de continuar con el aporte al desarrollo del concepto “working from anywhere” para que sea una realidad mundial.